Tillerson carece de experiencia en el trabajo para el Gobierno y su elección para el puesto como primer diplomático del país sorprendió a todos los directivos de Exxon, incluyendo al propio Tillerson, según fuentes familiarizadas con el asunto, citadas por el medio.
Su nombramiento podría generar conflictos de intereses debido a su participación financiera en Exxon, que explora petróleo y gas en seis de los siete continentes y tiene operaciones en más de 50 países. Tillerson posee acciones de Exxon por valor de 151 millones de dólares en total.
Amigos y asociados del directivo de Exxon aseguran que pocos ciudadanos estadounidenses tienen más vínculos con Vladímir Putin que él, que conoce al líder ruso desde que representaba los intereses de Exxon en Rusia durante el mandato de Borís Yeltsin en la década de los 90.
"Ha interactuado con Vladímir Putin más que probablemente ningún otro estadounidense, con la excepción de Henry Kissinger", dijo John Hamre, ex subsecretario de Defensa de EEUU.
En 2011, Tillerson logró un acuerdo que permitía a Exxon acceder a los valiosos recursos del Ártico en Rusia, además de posibilitar a la petrolera estatal rusa, Rosneft, invertir en concesiones de Exxon en todo el mundo. Al año siguiente, el Kremlin galardonó al directivo con la Orden de la Amistad. No obstante, el acuerdo fue bloqueado por las sanciones contra Rusia que EEUU y sus aliados impusieron hace dos años.
Además del asunto de las sanciones antirrusas, el futuro secretario de Estado tendrá que encargarse de cualquier cambio en el acuerdo nuclear de 2015 con Irán, las disputas con China y otros problemas complicados. Todavía no queda claro cómo lo va a alcanzar sin experiencia en negociaciones diplomáticas.