Meirelles aseguró que en realidad la crisis económica empezó a finales de 2014 y en parte echó la culpa de su gravedad a la ineficacia del Gobierno anterior, presidido por Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores).
Puso como ejemplo la Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) 55, que está a punto de aprobarse de forma definitiva en el Senado y que de ser así congelaría el gasto público durante los próximos 20 años.
Según Meirelles si la PEC se hubiera aprobado en 2006 el gasto primario del gobierno sería del 10% en vez de los actuales 19,5%: "Sería otro país", resumió.
El ministro confió en que la reforma sea "bien recibida" por el Congreso Nacional, ya que en su opinión más importante que garantizar una edad de jubilación relativamente joven –alrededor de los 60 años– lo que importa es garantizar que todos los brasileños vayan a recibir una pensión.
El ministro también declaró que por ahora no piensa subir los impuestos y desmintió los rumores de que Temer quisiera apartarle de cargo, que justificó por los nervios que trae consigo la ansiedad por ver soluciones rápidas a la crisis.