"Los gastos públicos mantienen una trayectoria insostenible y no podemos condenar a nuestro pueblo a enfrentar grandes dificultades en el futuro", apuntó Temer cuyo equipo económico enviará la propuesta este mismo martes para su tramitación urgente en el Congreso Nacional con el objetivo de "recuperar la confianza de los inversores".
"El crecimiento real acumulado de los gastos presupuestarios de 1996 a 2015 fue del 180 por ciento, muy por encima de la inflación. Estamos limitando eso a un crecimiento real cero, solo la inflación", justificó Meirelles quien apuntó que la medida reducirá los gastos públicos en torno al 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en los próximos tres años.
El Congreso Nacional de Brasil votará este martes la nueva meta de déficit fiscal para 2016 propuesta por el gobierno interino y que ascenderá a 170.500 millones de reales (unos 47.901 millones de dólares), el peor resultado en la historia de las cuentas públicas del país pero que, según el presidente interino, evitará daños mayores en el futuro.
Para evitar los efectos del enorme déficit, Temer anunció además el refuerzo del Tesoro Nacional con 2.000 millones de reales (unos 570 millones de dólares) que serán recuperados del Fondo Soberano mientras que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) aportará de manera inmediata 100.000 millones de reales (unos 28.571 millones de dólares).
Las medidas del gobierno interino de Temer tendrán como objetivo combatir las pesimistas previsiones del Banco Central de Brasil que apuntaron el lunes a una caída del PIB del 3,83 por ciento y una inflación en torno al 7,04 por ciento a finales de año, es decir, por encima del límite teórico del 6,5 por ciento fijado por el Consejo Nacional Monetario (CMN).