Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los líderes europeos han mantenido su siempre creciente alianza como un contrapeso contra el poder ruso. Pero existe un movimiento que cotiza al alza en Europa, dentro del cual se halla Fillon, que está promoviendo una nueva política: apoyar al presidente ruso, Vladímir Putin, en vez de hacerle frente.
Tal desarrollo de la situación, junto con la inminente retirada británica de la Unión Europea y la elección de Donald Trump como presidente de EEUU, presagian un "cambio dramático" en la unidad occidental frente a Rusia, considera el politólogo James Goldgeier, citado por el medio. En su opinión, todo apunta a un mayor acomodamiento de la noción que tienen los rusos de su esfera privilegiada de influencia.
El analista galo Benjamin Haddad también destaca que la extrema derecha europea está haciendo esfuerzos para asociarse con Putin. "En toda Europa, el putinismo ha surgido como una alternativa ideológica al globalismo, a la UE, etc.", con el mandatario ruso visto como "un bastión de los valores conservadores, un hombre fuerte que está en contra del matrimonio gay, la inmigración, el Islam".