"Si quieren iniciar una persecución contra mí, por favor, presenten las pruebas", dijo Duterte a la cadena rusa RT.
Aseveró que no permitirá que la relatora de la ONU lo interrogue "como si fuera un criminal".
El presidente filipino indicó que "todo no se limitará" a interrogarlo ya que también tiene preguntas a la relatora.
Asimismo, Duterte rechazó las acusaciones de que los servicios especiales de su país matan a inocentes en el marco de la campaña antidrogas.
Al líder le indigna que la comunidad internacional lamente "la muerte de 3.000 personas, sabiendo por qué acabaron muertas mientras que en el país hay cuatro millones de drogadictos".
"Cállense y no interfieran en los asuntos internos de mi país", aconsejó Duterte.
El presidente resaltó que la policía no está implicada en estos homicidios, especialmente, no tiene nada que ver con los asesinatos cuando los cuerpos fueron envueltos con cinta adhesiva.
Duterte explicó que los policías no necesitan "perder tiempo para envolver a alguien con cinta adhesiva cuando se puede disparar al idiota y ya está".
"No nos ocupamos de asesinatos así, de ejecuciones de inocentes", aseveró.
Según la policía, desde que Duterte asumió el cargo, fueron asesinadas en el país cerca de 3.000 personas relacionadas con el narcotráfico o el consumo de las drogas.
La comunidad mundial condenó en reiteradas ocasiones la iniciativa del líder filipino, que comparó con anterioridad su política con la de Hitler y declaró que sería feliz si los tres millones de drogadictos filipinos fueran asesinados.
Lea más: "Oí una voz que me decía que dejara de decir palabrotas"
Duterte declaró con anterioridad que su país podría abandonar la ONU en respuesta a las críticas por parte de la organización de los homicidios en el marco de la campaña antidrogas.