"Hemos transmitido por los canales diplomáticos nuestro disgusto, ya que eso no coincide con la postura de nuestro país", dijo el jefe del Gabinete nipón.
La víspera la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, aseguró que el despliegue de misiles costeros Bal y Bastión en las islas Kuriles forma parte de las labores rutinarias para garantizar la seguridad nacional.
El diario de la Flota del Pacífico, Boyevaya Vajta, confirmó el martes que los sistemas de misiles costeros Bal y Bastión, cuyo emplazamiento en el archipiélago de las Kuriles había sido anunciado por el ministro ruso de Defensa en marzo pasado, ya se encontraban en las islas de Kunashir e Iturup.
El anuncio provocó la preocupación de las autoridades japonesas, en particular, el canciller Fumio Kishida aseguró que su país reaccionará de manera adecuada tras comprobar los informes.
Al referirse a las cuatro islas del archipiélago de las Kuriles, Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai, Abe advirtió que su país mantiene su postura.
Rusia y Japón continúan técnicamente en guerra desde 1945; el tratado de paz todavía es un asunto pendiente.
Tokio condiciona su firma a la devolución de las cuatro islas del archipiélago de las Kuriles, alegando el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que suscribió con Rusia en 1855.
Moscú, a su vez, señala que estos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial en virtud de acuerdos internacionales y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.