"Estamos muy preocupados por el nuevo estallido de violencia, con escenas atroces de crueldad, ante una crisis de gobernabilidad sin precedente", dijo Campos, portavoz del Centro de Derechos Humanos de la Montaña 'Tlachinollan', nombre autóctono de las inmensas sierras de Guerrero.
Nueve personas decapitadas fueron encontradas la medianoche del domingo en un carretera federal de Guerrero, en la carretera federal a Tixtla, a pocos kilómetros de la escuela normal de maestros de Ayotzinapa, donde estudiaban 43 jóvenes que fueron desaparecidos tras una masacre perpetrada por policías ligados al crimen organizado en septiembre de 2014.
Ese cuadro se ha agravado con el dantesco descubrimiento de cuatro cabezas humanas dentro de hieleras y 16 fosas clandestinas en un cerro del municipio indígena de Zitlala, un municipio vecino de Titla, reportado este martes por la fiscalía de Guerrero.
Como resultado del trabajo de defensa de víctimas de la violencia, el centro defensor de DDHH señala "un patrón que muestra una mezcla de intereses personales, partidistas, y omisión de las autoridades que minimizan la ola de crímenes, como daños colaterales de la guerra entre carteles del narco", lamenta el responsable del centro independiente.
Guerrero es el estado más violento del país, donde se cuadruplicó el índice nacional de violencia, con 67 casos de homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes, cifra que cuadruplicó la media del país, de 17 víctimas por cada 100.000 habitantes en 2015.
Entre los más violentos del mundo
El clima de violencia sin fin también ha destrozado al puerto de Acapulco, principal destino turístico legendario de las costas guerrerenses, estigmatizada como la cuarta ciudad más violenta del mundo, de acuerdo con un estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, publicado este martes.
#Violencia deja 25 muertos, 9 de ellos decapitados en #Guerrero, sur de #México https://t.co/Mnr1fqjzwu pic.twitter.com/LvnwnTCChL
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 21 de noviembre de 2016
La tasa de homicidios dolosos en ese puerto turístico se disparó a 105 por cada 100.000 habitantes, en una lista negra que encabeza Caracas, capital de Venezuela, con 120 asesinatos dolosos por cada 100.000, la ciudad hondureña de San Pedro Sula con 111 y San Salvador, capital de El Salvador, con 108 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
En el ranking de las 50 ciudades más violentas 21 están en Brasil, 8 en Venezuela, 5 en México, 4 en Sudáfrica, 4 en Estados Unidos, 3 en Colombia y 2 en Honduras.
De parte de la sociedad civil, los organismos no gubernamentales mantienen "campañas para alentar a la ciudadanía a no dejarse paralizar por el miedo y denunciar la violencia, los secuestros y las extorsiones que padece".
En su constante monitoreo de esa tragedia, los promotores de las libertades civiles siguen documentando el drama: "Acompañamos a los familiares y hemos detectado que la situación ha empeorado, la gobernabilidad está estancada y las autoridades parecen vivir en un mundo alterno donde no ven tan graves estas manifestaciones".
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Como consecuencia, el gobernador Héctor Astudillo descarta la necesidad de que se nombre un comisionado federal para garantizar la coordinación de una estrategia seguridad del estado, dijo el portavoz del centro de DDHH, que fue galardonado junto con su director, Abel Barrera, con el premio mundial que otorga Amnistía Internacional en 2011.
Esa demanda estimula la acción de grupos criminales como La Familia Michoacana, Los Ardillos y Los Rojos con "hechos atroces y bárbaros, resultado de la confrontación de los delincuentes, que desaparecen un mes y vuelven a embestir, por falta de operaciones de inteligencia que refuercen las operaciones terrestres", explicó el gobernante.
El gobernador, quien llegó al cargo tras la renuncia de su antecesor en el marco de la crisis de la llamada Masacre de Iguala contra los estudiantes de Ayotzinapa, cumplió un año de mandato en octubre pasado, y su balance es negativo a los ojos de los defensores de las víctimas.
"No hay resultados concretos, hay un claro deterioro y un aumento dramático de la violencia del crimen organizado en Guerrero, con el agravante de que los asesinatos no solo aumentan, sino que son más crueles y espeluznantes", puntualizó Campos.