"Esta base podrá jugar un papel positivo en la lucha contra el terrorismo, en particular contra sus células en Siria, Egipto, Livia y Argel", señaló.
"La presencia de una Rusia amiga ayudaría, indudablemente, a los países árabes a combatir los grupos extremistas, teniendo en cuenta sobre todo el debilitamiento de sus vínculos con Washington", afirmó el experto revelando que también se enfriaron las relaciones entre Egipto y EEUU, a pesar de que El Cairo y Washington se posicionaban como socios estratégicos a lo largo de los 30 años del gobierno de Hosni Mubarak.
A juicio de Mazlum, el alquiler a largo plazo de la base naval en Siria le permitirá a Rusia fortalecer sus posiciones en el Mediterráneo.
"En esta región de hecho no existió presencia militar rusa tras la desintegración de la URSS, ni siquiera en los países como Irak, Yemen, Egipto, Siria, Livia y Argelia, con los que Rusia siguió cooperando enérgicamente como sucesora de la Unión Soviética", constató.
Preguntado sobre posible reacción de EEUU al surgimiento de una base rusa en Siria, el experto supuso que Washington "lo calificará como indeseable, pues puede significar el comienzo de una presencia rusa mucho más amplia".
El Ministerio de Defensa ruso anunció en octubre pasado el plan de crear una base naval fija en la ciudad siria de Tartus, el viceministro de Defensa, Nikolái Pankov, dijo que los respectivos documentos están preparados y pasan la etapa de coordinación.
El presidente del comité de defensa y seguridad del Consejo de la Federación (Senado ruso), Víktor Ózerov, a su vez informó a RIA Novosti que el acuerdo sobre la creación de la base rusa en Tartus puede firmarse por un plazo de 49 años.