"Se necesita un año y medio o dos para poner las infraestructuras de Tartus en el estado que responda a todos nuestros requisitos", declaró Ózerov en una entrevista con RIA Nóvosti.
Ózerov aseguró que la modernización de Tartus "empezará solo después de firmado y ratificado el acuerdo correspondiente" con el Gobierno de Siria.
Dicho documento, a juicio del parlamentario, podría ser firmado por un plazo de 49 años.
"Es probable que sea un acuerdo por 49 años, y no indefinido como se mencionó anteriormente en los medios. No lo descarto, por ser una práctica bastante habitual", apuntó el senador.
Gracias a la modernización, según él, la base de Tartus podrá dar acogida a grandes navíos, como el portaviones Almirante Kuznetsov.
El senador mencionó en particular el Almirante Kuznetsov, el único portaviones con que cuenta Rusia.
"Suponemos que Tartus, después de la modernización, tendrá las condiciones necesarias para los navíos de primera clase, tales como el Almirante Kuznetsov", indicó.
El Almirante Kuznetsov, que se encuentra ahora en el Mediterráneo Oriental y participa en los ataques a las posiciones de grupos terroristas en Siria, mide 302 metros de eslora y 72 de manga.
La presencia de una base permanente en Tartus, a juicio de Ózerov, permite a Rusia ampliar el grupo naval emplazado en el Mediterráneo.
"Se usará también para otros fines, además de la lucha antiterrorista", dijo el parlamentario.
Mencionó en particular la posibilidad de incluir en este grupo naval los dragaminas, si es necesario realizar operaciones de desminado, o naves de gran velocidad para combatir la piratería marítima en las zonas próximas al Mediterráneo, como el canal de Suez y el mar Rojo.
El puerto de Tartus alberga desde 1977 un centro logístico para los navíos de la Armada rusa en el que trabaja exclusivamente personal civil.
En octubre pasado, el Ministerio ruso de Defensa anunció que crearía en Tartus una base naval permanente.
Desde las Fuerzas Armadas sirias saludaron la iniciativa y afirmaron que la base naval cortaría el apoyo que reciben los terroristas desde el extranjero.