Es la primera vez en la historia de las relaciones entre Japón y Estados Unidos que un primer ministro nipón mantiene una reunión con un presidente electo de Estados Unidos, solo 9 días después de haber sido elegido, subraya el analista político Andréi Ilyashenko.
Este hecho muestra por sí mismo el nivel de preocupación que existe en el país asiático ante la posibilidad de que se produzcan cambios bruscos en el 'statu quo' de la alianza militar entre Japón y Estados Unidos. Precisamente Donald Trump prometió revisar esos acuerdos.
El nuevo presidente no deja de proyecta la idea de que él es un hombre de negocios, continúa el analista. El mensaje principal de sus declaraciones consiste en que los aliados militares de Estados Unidos tienen que pagar por el hecho de que el Ejército norteamericano los proteja. De lo contrario, no excluye ni siquiera la retirada de las tropas estadounidenses de Japón. Esta posición también se aplica a la OTAN y a Arabia Saudí, los aliados más fuertes de EEUU en Europa y en Oriente Medio.
En este sentido, es evidente que la presión sobre sus aliados para que paguen más por su defensa ha aumentado con el tiempo.
Inmediatamente después de la elección de Trump, su asesor de Seguridad, Bert Mizusawa, recordó que el nuevo jefe de la Casa Blanca exigirá a Tokio un aumento de los gastos en defensa, en el marco de las relaciones militares bilaterales. El general también afirmó que Estados Unidos gasta actualmente muchísimo dinero para mantener bajo su escudo antinuclear a Japón y Corea del Sur.
Estas declaraciones podrían haber sido un indicio de que Japón está pensando en tener una política más independiente, fuera de la alianza con el 'amigo estadounidense'.
Mientras tanto, Tokio está gastando actualmente una cantidad récord en pagar al Ejército de Estados Unidos por sus servicios. Este año, el país asiático ha destinado cerca de 760 millones de yenes —aproximadamente $7,18 millones de dólares— por los costos derivados del uso de las bases militares estadounidenses en el país. Así se cubre un 74,5% de los gastos totales de la presencia de EEUU en su territorio.
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El problema de Japón consiste en que el nuevo presidente estadounidense no ha explicado claramente su posición con respecto a China, el principal enemigo geopolítico de Japón en la zona, pero el presidente electo se ha mostrado hasta ahora poco crítico con la política exterior de Pekín.
Además, la posible negativa de Trump a seguir presionando para la aprobación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), sugiere que Washington no apuesta por contener a China a través de métodos económicos.
Por el contrario, Donald Trump ha afirmado en más de una ocasión que quiere reforzar al Ejército de EEUU, mientras que ha instado a sus aliados a hacer lo mismo. La pregunta, por lo tanto, es: ¿contra quién se prepara para luchar?, se cuestiona Ilyashenko.
#Abe califica de "muy cálido" su encuentro con #Trumphttps://t.co/sMRDlHe4kN pic.twitter.com/rqazWgDRYn
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 18 ноября 2016 г.
En su opinión, es poco probable que el próximo enemigo sea Rusia, pero la respuesta a esta importante pregunta sigue todavía en el aire.