La próxima gestión republicana no pretenderá "que el orden interestatal continúe deteriorándose por tener una tensión con poderes prominentes como Rusia y China", analizó el profesor, autor del libro 'La política exterior rusa después de la Guerra Fría', en diálogo con Sputnik.
El experto cree que la política del próximo presidente hacia Rusia será de cooperación, en especial, de "buscar alguna salida al conflicto con Ucrania", que estalló tras la destitución del presidente Víctor Yanukovich en febrero de 2014, tras lo cual, la península de Crimea decidió por referéndum su reincorporación a Rusia. La crisis se profundizó cuando las repúblicas prorrusas de Donetsk y Lugansk proclamaron su independencia, ante lo cual, Kiev respondió con represión militar.
Para el analista, esto puede garantizar que el orden interestatal no siga "deteriorándose" en tensiones con "potencias prominentes". Por eso, cree que el Partido Republicano actuará de forma distinta a los demócratas: "No va a continuar agitando el propósito geopolítico que durante todos estos años ha llevado a que Rusia tenga una posición fuerte a la hora de defender sus intereses vitales".
Si la "situación internacional sigue empeorando", puede llevar a que se caigan acuerdos importantes, evaluó. Moscú ya suspendió la aplicación del acuerdo sobre el uso de plutonio, por las sanciones económicas impuestas contra el país eslavo.
"Para la próxima dirigencia de EEUU y para algunos líderes de Occidente, como Europa y particularmente Alemania, puede ser positivo marchar hacia una negociación que descomprima la cuestión relativa a las sanciones, que han afectado la economía de Europa y de Rusia".
La posición de Trump sobre la OTAN alarma al Pentágono. En julio, durante la convención republicana que proclamó su candidatura, sugirió, en entrevista a The New York Times, que si los demás miembros de la OTAN no compartían en mayor medida los gastos, él estaría preparado para decirles: "Felicitaciones defiéndanse solos".
Para Hutschenreuter, Trump no va a continuar con la ampliación de la OTAN, lo cual va a aflojar la tensión, aunque esto "no significa que se vuelva atrás", porque la expansión de la Alianza Atlántica hacia el este, incluyendo a los países bálticos (Letonia, Lituania y Estonia), "llegó hasta la línea roja geopolítica de Rusia".
Los hechos de 2008, cuando Georgia invadió Osetia del Sur, y los de Ucrania, fueron una señal de alerta para Moscú. "Rusia no estaba dispuesta a permitir que la OTAN continuará avanzando. Se llegó a un margen y ya no hay ninguna posibilidad de traspasar esta línea geopolítica de Rusia".
Si esto sucediera, Hutschenreuter cree que "Ucrania sufriría nuevas Crimeas en su sector oriental y la seguridad internacional en general se deterioraría seriamente".
"La nueva conducción política de EEUU no va a querer eso y por eso me parece que va a haber una línea de cooperación estratégica con Rusia", concluyó.
Lea más:¿Qué les espera a la OTAN y al Pentágono tras la victoria de Trump?