Fue su reacción tras conocer un nuevo bloqueo de 40,7 millones de dólares (140 millones de reales) por parte de la Unión federal en las cuentas del Estado.
La Constitución brasileña prevé que este tipo de votación es inviable cuando un Estado consigue la intervención federal.
A principios de esta semana, el gobernador de Río habló con el presidente Temer, que prometió reunirse con el ministro da Hacienda, Henrique Meirelles, para buscar una alternativa para Río y otros Estados que atraviesan dificultades financieras.
Fue una petición de Pezão con el objetivo de encontrar una solución conjunta.
Un ministro próximo a Temer confirmó que supo ayer por la mañana de la intención del gobernador de Río, y que considera esta medida extrema y compleja desde el punto de vista jurídico.
La tensión llega en un momento en el que Pezão está intentando un plan B para equilibrar las cuentas del Estado.
La grave situación financiera del Estado de Río empeoró después de los dos bloqueos realizados por la Unión federal esta semana.
El Gobierno local está intentando conseguir órdenes judiciales para hacer frente a varios pagos, como los 1,22 millones de dólares (4,2 millones de reales) para el alquiler social de 10.000 familias que no recibieron las ayudas en septiembre.