A cada estado se le asigna un número de electores igual al de sus senadores federales más el número de representantes federales basado en el último censo de población.
El presidente y el vicepresidente necesitan reunir una mayoría de 270 votos electorales para ser elegidos.
Formalmente, ninguna normativa vigente obliga a los electores, o compromisarios, a votar acorde al sufragio emitido en su respectivo territorio, pero una treintena de estados sí prevén multas o hasta descalificación para los llamados electores "infieles".
Los electores de cada estado —funcionarios públicos elegidos, dirigentes partidistas o personas afiliadas con el candidato a la presidencia— se reúnen para elegir al presidente y al vicepresidente de EEUU el primer lunes siguiente al segundo miércoles de diciembre; en 2016 será el 19 de diciembre.
El proceso es supervisado por el Archivo Nacional que es una dependencia del Gobierno federal.
El recuento de los votos electorales y su certificación tendrá lugar el 6 de enero, durante una sesión conjunta en el Congreso.
Con respecto al vicepresidente se aplica el mismo procedimiento, pero la elección es entre dos candidatos con mayor número de votos electorales.
El 20 de enero se celebra la ceremonia de investidura en la que el presidente electo jura el cargo ante el jefe del Tribunal Supremo e inicia oficialmente su mandato.
¿Qué países 'ganan' y cuáles 'pierden' con la victoria de #Trump? https://t.co/rkPOXkzbBj pic.twitter.com/SRPek3dVYv
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) November 10, 2016
Cuando la fecha recae en un domingo, como sucedió en 2013 con Barack Obama, la ceremonia se pospone al día siguiente.