En la última reunión entre Obama y la parte de su equipo responsable de la seguridad nacional se discutió la posibilidad, apoyada por la CIA, de suministrar nuevas armas a la oposición siria. Sin embargo, la discusión no fue a ninguna parte: el plan no fue rechazado ni aprobado, señala el periódico.
La incertidumbre que domina la administración indica el "escepticismo cada vez mayor" sobre el programa secreto de la CIA, en el marco del cual "miles de milicianos sirios en los últimos tres años fueron entrenados y armados" por Estados Unidos, sostiene el artículo.
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Un alto cargo de EEUU había comentado que es hora de considerar si los combatientes apoyados por el Gobierno estadounidense todavía pueden considerarse moderados y si el programa de apoyo a los mismos puede lograr algo más allá de agravar la matanza en Siria.
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Las Fuerzas Armadas rusas ayudan al Gobierno sirio en su lucha contra los terroristas. Moscú ha declarado en repetidas ocasiones que el deterioro de la situación en Alepo fue el resultado de que EEUU no cumplió con sus obligaciones en el marco de los acuerdos ruso-estadounidenses. En particular, Washington no ha hecho ningún esfuerzo para separar la oposición moderada y los yihadistas.
