Según el rotativo, el hecho de que los países occidentales hayan protestado simultáneamente contra la postura de Moscú hacia el problema sirio no es accidental, sino una reacción a que la política del Kremlin en Oriente Próximo está dañando sus intereses.
Desde el principio de la operación militar rusa contra los terroristas en Siria, el país eslavo está fortaleciendo su influencia en la región. Con el apoyo de las autoridades rusas, Bashar Asad continúa recuperando el terreno perdido. Y eso que Occidente necesita derrocar a Asad a toda costa para reafirmar su influencia en la zona.
El caos causado por la intervención occidental en Siria continúa por quinto año ya y la salida de la crisis no parece estar más cerca. Asimismo, el futuro del país árabe tampoco se está desarrollando de la manera prevista por Occidente. La llamada 'guerra contra el terrorismo' emprendida por los países occidentales ha tenido un efecto perverso: la propagación del extremismo.
Como consecuencia, Occidente necesita un cabeza de turco al que pueda culpar de los fiascos en Oriente Próximo.
Es por eso que Washington anunció la suspensión de las negociaciones y la cooperación en operaciones antiterroristas militares con Rusia en suelo sirio. Por eso París trató de presionar a Moscú aprovechando la visita de Vladímir Putin a Francia, que finalmente fue cancelada. Francia y España también han presentado conjuntamente al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución sobre Siria contrario al de Rusia. Por eso los medios de comunicación occidentales han publicado información sobre los golpes aéreos de las tropas sirias y rusas en Alepo, para perjudicar la imagen de Rusia.