"Doce periodistas asesinados desde abril de este año, junto a muchos otros que han sido víctimas de hostigamiento, de agresiones físicas y de amenazas de muerte, dan cuenta del peligro que significa hoy el ejercicio del periodismo en nuestro hemisferio", dijo en su declaración final la SIP.
"Se siguen acumulando asesinatos sin que sus autores hayan respondido ante la justicia, lo que implica que existe un alto número de casos que han ido quedando en absoluta impunidad", denunció la SIP en un comunicado conjunto.
En las Américas "existe escasa protección y una nula respuesta de parte del Estado ante estas situaciones extremas", como el caso de México donde se han producido siete de estos crímenes en este período de seis meses y "hay 118 asesinatos y 20 periodistas desaparecidos en ese país desde el año 2000".
Colombia y Brasil
En Colombia, se han superado en ese lapso los 100 asesinatos sin resolver y en Brasil, las cifras no son muy diferentes, dice el informe anual de la SIP.
Las amenazas intimidatorias a los periodistas y a los editores de periódicos se producen en Bolivia, Colombia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Panamá y Venezuela.
"Los amedrentamientos provienen de los narcotraficantes, de las bandas criminales, pero también de autoridades locales, nacionales y militares", dice el reporte de los dueños de medios de comunicación.
La denuncia lamenta "la tímida reacción de las autoridades de gobierno, cuando no de su activa participación en la intimidación de los periodistas, se va creando un clima propicio a la agresión y, eventualmente, al asesinato de los periodistas".
La SIP también observa en estos años un aumento de la interferencia con el trabajo periodístico al obligar a los reporteros a participar como testigos en muchos procesos judiciales y, en algunos casos, intentando forzarlos a que revelen sus fuentes.
Gobiernos contra periodistas
Esos acosos y presiones también son reportados desde Bolivia, Brasil, Colombia, Estados Unidos y México.
En muchos otros, como Costa Rica, Nicaragua, México y Bolivia, la publicidad oficial o estatal se utiliza para premiar o castigar a los medios según las informaciones que divulguen.
También subsisten en varios países, fuertes restricciones en el acceso a la información pública: "aunque se han dictado numerosas leyes de acceso a ella, no han faltado los casos en que con posterioridad se ha restringido la aplicabilidad de esas leyes".
En Cuba la aparición de medios independientes inquieta al Gobierno, que ha aumentado la represión en su contra y, en forma más marcada aún, reprime a los periodistas-ciudadanos.
En la isla gobernada por Raúl Castro "son frecuentes las detenciones, los interrogatorios amenazantes y la confiscación de equipos de trabajo".
En Venezuela se ha deteriorado aún más la situación de la prensa independiente que sufre de "graves agresiones, robos de equipos e insultos de parte de los gobernantes", prosigue el informe.
Según la SIP, las sedes de algunos medios venezolanos han sufrido ataques nocturnos con disparos y bombas molotov que jamás han sido investigados.
Los ataques cibernéticos en contra de algunos medios han adquirido un carácter alarmante: "Sea mediante hacking o mediante la creación de cuentas falsas en las redes sociales o mediante la creación de páginas apócrifas, los medios están expuestos a nuevas formas de obstrucción de su trabajo".