Los problemas empezaron meses atrás, cuando la agencia inmobiliaria de la Santa Sede informó a los cardenales de que había accedido a alquilar el primer piso de uno de sus edificios a McDonald's, compañía que estaba dispuesta a pagar "unas cuantas decenas de miles de euros al mes", informa The Guardian.
Muchos habitantes de Roma se mostraron consternados ante la idea de que un restaurante de McDonald's lindara con la 'casa de Dios'. Por su parte, el Comité para la Protección del Borgo —zona colindante con el Vaticano— hizo sonar las alarmas al advertir que la apertura del nuevo Mc Donald's sería "un golpe mortal a un animal que ya está herido", en referencia a la abundancia de quioscos y vendedores ambulantes que trabajan en los alrededores del Vaticano. En esta ocasión, algunos cardenales se han unido a las voces de protesta.
El papa #Francisco llama a la Iglesia católica a pedir perdón a los gais #LGBT https://t.co/hQwTi1b5lW pic.twitter.com/pqqUTHdmfh
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 3 июля 2016 г.
Por ahora, el Vaticano ha negado que los cardenales tengan que pagar por cualquier clase de arreglo en el inmueble, pero ha hecho caso omiso a las voces que se oponen a la aparición del restaurante en esta céntrica zona del Vaticano. Pero, ¿quién ganará la batalla: McDonald's o sus opositores?