Los tres objetivos son a la vez muy prometedores y muy arriesgados. Las dificultades concretas las analiza el especialista del periodico Vzglyad, Evgueni Krútikov.
El Gobierno de Siria especifica que la provincia de Idlib fue incluida en la lista de objetivos prioritarios por ser el centro principal de operaciones del grupo terrorista Frente Fatah al Sham —antes conocido como Al Nusra y proscrito en Rusia y otros países—, y también debido a la proximidad con la frontera de Turquía. Al Raqa es la capital no oficial de la organización terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico), también proscrita.
En cuanto a Deir Ezzor, es "una de las urbes más importantes del este del país, especialmente teniendo en cuenta su ubicación, cerca de zonas ricas en yacimientos de petróleo". "Daesh obtiene beneficios de su explotación y los asigna a la financiación de actividades terroristas", explicó un oficial del Ejército sirio.
El ataque a Deir Ezzor podría haber comenzado hace ya seis meses, pero entonces el Estado Mayor General se decidió por Alepo. Además de los campos petrolíferos alrededor de la ciudad, con el levantamiento del bloqueo de Deir Ezzor se interrumpirá el suministro a Daesh y otros yihadistas en el este de Siria, lo que dejará al límite la capacidad de supervivencia del grupo. Asimismo, se levantará una amenaza potencial para Palmira. El inmenso territorio desértico hasta las fronteras iraquíes y jordanas y la tierra fértil con jardines a lo largo del Éufrates volverán a manos del Gobierno.
"La ofensiva fue organizada y ejecutada de manera muy mediocre. Las tropas sirias no han llegado ni siquiera hasta el Éufrates y, en su retroceso, por poco pierden Palmira. Lo único que salvó la situación fue una intervención heroica de los rusos", recuerda Krútikov.
Idlib presenta el principal problema. No solo es el lugar de las principales concentraciones del Frente al Nusra, sino también el distrito más fortificado y bien provisto de la zona. Idlib recibe apoyo de los turcos y no tiene problemas con la comida, bebida, municiones y dinero. Allí se concentran varios grupos de oposición a Damasco. "Idlib como provincia, y no como ciudad, puede convertirse en un nuevo Alepo debido a la alta probabilidad de que todo el mundo occidental se levante en su defensa", prosigue Krútikov.
"El Estado Mayor General en Damasco, por supuesto, hará su propia elección. Pero ahora el Ejército gubernamental realmente puede elegir, porque después de la batalla de Alepo tendrá las facultades suficientes para llevar a cabo cualquier operación ofensiva", concluye el analista.