La resolución pone en duda la vinculación entre el judaísmo y el Muro de las Lamentaciones, que según los judíos es un tramo de la pared que rodeaba la plaza del Segundo Templo, destruido por los romanos en el año 70.
A favor de la resolución votaron las delegaciones de Rusia, China, Argelia, Bangladés, Marruecos, Omán, Líbano, Qatar e Irán.
"Tengo que decir con honestidad y de manera inequívoca: la reciente resolución de la Unesco sobre Jerusalén ofende los sentimientos de todos los creyentes judíos y socava por completo la credibilidad de esta organización", dijo.
Además le extraña que Rusia, que "otorga mucha importancia al patrimonio histórico y libra una lucha constante contra toda falsificación de la historia, apoyara en esta ocasión esa falacia".
"Si los funcionarios de la Unesco no reconocen la autoridad de los libros sagrados, que por lo menos presten atención a los resultados de las excavaciones arqueológicas en esta ciudad", afirmó.
Estos hallazgos "comprueban que Jerusalén durante decenas de siglos ha sido un centro espiritual incuestionable de los judíos, el núcleo de nuestra fe y tradición".
Al mismo tiempo, indicó que "solamente gracias al Estado judío, sus leyes y sus fuerzas del orden y de seguridad" todas las religiones tienen hoy día protegidos sus lugares de culto en Jerusalén.