De los países que votaron, 24 lo hicieron de forma afirmativa, seis en contra y 26 se abstuvieron.
Israel intentó bloquear la resolución o al menos suavizarla, pero solo consiguió persuadir a unos pocos países.
El texto, que condena a Israel en muchos aspectos relacionados con Jerusalén y los lugares santos, fue impulsado por los palestinos junto a Egipto, Líbano, Argelia, Marruecos, Omán, Catar y Sudán.
El contenido señala que Jerusalén es sagrada para las tres religiones monoteístas mayoritarias: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Pero incluye una sección especial sobre la Explanada de las Mezquitas, que los judíos denominan Har HaBayit (Monte del Templo en hebreo) y los musulmanes llaman Haram al Sharif (Noble Santuario en árabe).
El comité ejecutivo de la Unesco elaboró una resolución similar en la anterior conferencia de la organización, en abril, que fue aprobada con el apoyo de varios estados encabezados por Francia.
Esto causó una crisis diplomática entre franceses e israelíes y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llamó al presidente francés, François Hollande.
En las últimas semanas, el embajador de Israel en la Unesco, Carmel Shama-Hacohen y los embajadores de Israel recorrieron diversas capitales del mundo para intentar convencer al mayor número de Estados posible para que votaran en contra de la resolución o se abstuvieran.
What's next? A UNESCO decision denying the connection between peanut butter and jelly? Batman and Robin? Rock and roll?
— Benjamin Netanyahu (@netanyahu) 13 de octubre de 2016
Shama-Hacohen mostró un dossier del ministerio de Exteriores que incluye investigaciones arqueológicas israelíes que muestran la conexión entre Jerusalén y los judíos.