"Las dos (ramas de la) CTA, ciertas corrientes de la CGT y varios movimientos sociales estaremos anunciando quizás para la semana que viene la voluntad de encaminarnos hacia una jornada de lucha nacional", explicó Yasky.
Las dos CTA repudiaron el acuerdo al que llegaron Juan Carlos Schmid, Héctor Daer, y Carlos Acuña, los secretarios generales de la CGT, "porque aceptaron un paquete de humo", señaló Yasky, "que consiste en otorgar una suma fija insignificante por una vez que se va a cobrar en diciembre".
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, acordó con la dirigencia de la CGT, de tendencia peronista, el pago en diciembre de un bono de 1.000 pesos (67 dólares) para jubilados que reciben la pensión mínima y para beneficiarios de la Asignación Universal del Hijo, un plan social que abarca a dos millones de familias pobres y que cubre a 3,7 millones de niños.
A cambio, la CGT dejó sin efecto su amenaza de huelga.
Así, dijo Yasky, la CGT es "funcional al objetivo que persigue el Gobierno, que es seguir profundizando el ajuste sobre los salarios y seguir aplicando una política de recesión y enfriamiento de la economía que profundiza el problema más grave que hoy enfrentamos: la desocupación".
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La cúpula de la CGT "aceptó una migaja sin poner en discusión temas claves, como el compromiso del Gobierno de no despedir trabajadores del sector público, sin definir la necesidad de un cambio de ritmo económico y sin exigir garantías de que los salarios no vayan a seguir en esta curva descendente en la que vienen desde hace nueve meses", añadió Yasky.
Contactos con disidentes de la CGT
Para solventar este escollo, la CTA de Yasky y la CTA-Autónoma que dirige Pablo Micheli se aproximaron a corrientes sindicales de la CGT que han mostrado su rechazo al acuerdo con el Gobierno.
"Hemos estado reunidos con corrientes internas de la CGT, como la rama sindical que encabeza el dirigente bancario Sergio Palazzo, y con (el secretario del Sindicato de Encargados de Edificios y presidente del Partido Justicialista de la ciudad de Buenos Aires), Víctor Santa María", dijo Yasky.
"La idea es encontrar una propuesta que unifique a las dos CTA y a corrientes internas de la CGT para convocar una jornada nacional de protesta con movilización en varias ciudades del país y en la capital", confirmó Yasky.
La última convocatoria que realizaron estos sectores contra la gestión de Macri, antes de que la CGT se reunificara en un triunvirato a finales de agosto, movilizó a 300.000 personas el 29 de abril, cuatro meses después de la asunción del nuevo Gobierno.