"El mandato para dejar la UE es claro, inmenso e incuestionable y no permitiremos que lo frustren", dijo en la Cámara de los Comunes.
"Respetamos el resultado del referéndum pero el Gobierno no tiene un mandato para propinar un hachazo a la economía flirteando con un Brexit duro", rebatió sir Keir Starmer, estrenándose en su cargo como opuesto de Davis en el equipo laborista.
Starmer resumió la demanda de los representantes parlamentarios del 48% del electorado que apoyó la permanencia: un voto en la Cámara sobre los términos de la negociación antes de la invocación del artículo 50 del Tratado de la UE que activa el mecanismo de la escisión.
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La cuestión ha llegado incluso al Tribunal de Justicia aunque el Gobierno anticipa una victoria sin condiciones.
En esta ocasión la prerrogativa real está además avalada por el electorado, según recalcó el ministro Brexit en los Comunes.
"Intentar bloquear el artículo 50 es intentar bloquear la voluntad de los británicos", advirtió.
Davis acusó a la oposición de pretender "micro gestionar" el proceso Brexit en vez de clamar por un derecho establecido en las democracias parlamentarias, como defendieron sucesivos diputados.
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El ministro prometió ser "tan abierto como nos sea posible" sobre el curso de las negociaciones pero aseguró que no adelantará "detalles sobre la estrategia o tácticas" gubernamentales.