Moscú y Teherán tienen más peso a la hora de determinar el destino sirio, lo que no es así en el caso de Washington. Dada la situación, sería mejor que el próximo presidente estadounidense lo admitiera.
Así, Rusia e Irán son los principales aliados y patrocinadores de Asad. Además, Moscú tiene una base naval en el país que resulta ser la única base rusa en el Mediterráneo así como mantiene la presencia militar en la base aérea Hmeymim.
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En caso de que gane Donald Trump las elecciones a la Presidencia de EEUU, podría ser que pactase con Moscú algo en reconocimiento del interés ruso en Siria. Si, por el contrario, Hillary Clinton accede a la Casa Blanca, con certeza continuará el rumbo de Obama.
Lo único que es indudable es que los aviones rusos en el cielo sirio y los soldados iraníes sobre el terreno hacen que el peso específico de estos países en la región esté creciendo, concluye el medio.