"El partido está roto", aseguró el dirigente socialista José Antonio Pérez Tapias a los periodistas situados a las puertas de la sede del PSOE en Madrid.
Según explicó Tapias, que fue diputado nacional y en las últimas primarias optó a ser secretario general, actualmente "hay una división muy fuerte en el Comité Federal" y "no hay acuerdos sobre el sistema de votación".
Los socialistas llevan casi diez horas intentando ponerse de acuerdo sobre qué votar, cómo hacerlo y cuántos miembros están capacitados para participar.
El partido se encuentra dividido después de que 17 miembros de la dirección dimitieran el pasado miércoles en un intento por hacer caer al secretario general, Pedro Sánchez, cuya legitimidad estatutaria se encuentra en entredicho a raíz de ese movimiento.
Los críticos no reconocen la legitimidad de Sánchez ni de su dirección para decidir qué es lo que debe votar el Comité Federal, que es el máximo órgano del partido entre congresos.
En ese contexto, según informó Tapias, se produjeron momentos de gran tensión en la tarde de este sábado dentro de la sede socialista.
Según Tapias, el bando de Pedro Sánchez propuso votar la convocatoria de un Congreso extraordinario mediante sufragio secreto mientras que sus detractores pedían una votación a mano alzada.
"No hubo acuerdos y se comenzó la votación secreta de una forma un tanto anómala, sin haber acordado un procedimiento claro", expuso Tapias.
Según cuenta el diario El País citando a fuentes socialistas, los partidarios de Sánchez colocaron en el auditorio donde se celebra el Comité una urna para proceder a una votación cuyos términos no estaban acordados con sus detractores.
A raíz de este suceso, los críticos se encuentran recogiendo firmas para presentar una moción de censura contra Sánchez.
Para que esta moción prospere, los críticos deberán recoger el 20 por ciento de las firmas de los 253 miembros del Comité Federal y que su destitución sea aprobada por mayoría absoluta en una votación
La principal causa de la división de los socialdemócratas españoles es la divergencia de opiniones sobre la política de pactos: Pedro Sánchez quiere buscar acuerdos con otras fuerzas formar Gobierno mientras que sus detractores dentro del partido optan por abstenerse para que gobierne el conservador Mariano Rajoy.
Esa fractura provocó el movimiento de los dimisionarios, cuyas consecuencias legales a nivel orgánico son interpretadas de diferente manera por los dos sectores, lo que provoca que el partido se encuentre actualmente en una situación de desgobierno absoluto.