La posición de Pedro Sánchez
A pesar de la división interna de su partido, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha recalcado que no dimitirá, aunque el partido no respalde su posición en el Comité Federal —órgano que reúne a los máximos dirigentes de la formación—.
Por esta razón, el secretario general ha anunciado que convocará un congreso federal del partido para el 1 de octubre y celebrará unas primarias el 23 del mismo mes para elegir el rumbo que debe tomar la formación ante la situación de bloqueo que vive la política española.
La facción del PSOE que apoya a Sánchez apuesta por construir un ejecutivo alternativo al de Mariano Rajoy con otros partidos de izquierda, y no está a dispuesta a negociar sobre este tema.
"No voy a apoyar un gobierno de Rajoy. Para un demócrata, unas elecciones nunca son una mala solución. Una mala solución es que se pueda indultar a un presidente como Rajoy", insistió Sánchez.
Duelo de 'legitimidades'
El 28 de septiembre se dio a conocer que 17 de los 35 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal, el máximo órgano de dirección del PSOE, habían dimitido de sus cargos para que el órgano quedara anulado. Tras la renuncia en bloque, la presidenta del Comité Federal del PSOE, Verónica Pérez, se ha proclamado la máxima autoridad del partido.
"En este momento la única autoridad que existe en el PSOE es la presidenta del Comité Federal que, les guste o no a algunos, soy yo, porque me eligieron mis compañeros y compañeras del Comité Federal", señaló Verónica Pérez ante las puertas de la sede de los socialistas en Madrid.
Sin embargo, partidarios y detractores de Pedro Sánchez interpretan los estatutos del partido de forma diferente, y para muchos, Sánchez no ha perdido su poder y sigue siendo 'la autoridad', más allá de las dimisiones.
Dimiten en bloque 17 de los 35 miembros de la Ejecutiva del #PSOE — #España https://t.co/b1piprzrKl
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 28 сентября 2016 г.
En el fondo, lo que está en juego con este pulso dentro del segundo partido de España es definir qué postura tendrán los socialistas de cara a la gobernabilidad del país. A grandes rasgos, los sectores contrarios a Sánchez mantienen que el PSOE debe dejar gobernar al Partido Popular y culpan a Sánchez por los malos resultados obtenidos en las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y del 26 de junio de este año, así como de los recientes fracasos en el País Vasco y Galicia.
El futuro cercano
Por ahora no queda claro si Sánchez logrará aguantar el embate de la oposición dentro de su propio partido y si podrá celebrar las primarias el 23 de octubre, que permitirían a los militantes del partido expresar su opinión sobre este pulso y fijar una postura refrendada.
Lo que sí queda claro es que el daño causado por la división dentro de uno de los partidos históricos de España —fundado por Pablo Iglesias en 1879— puede tener consecuencias nefastas para los socialistas, especialmente para el futuro próximo.
Octubre es el último mes que tienen los partidos españoles para 'cocinar' un pacto que permita formar gobierno. Si a finales de octubre no se alcanza ningún acuerdo, se convocarán elecciones automáticamente, posiblemente para el 25 de diciembre. Ante ese escenario, la idea de un PSOE fracturado concurriendo a unos nuevos comicios agita el fantasma de que sufra un auténtica debacle electoral.
Un partido clave en la historia de España