El libro está compuesto por diez páginas y contiene ilustraciones mayas sobre diversos rituales, así como un calendario con el movimiento de Venus. La misteriosa pieza fue entregada en 1964 por un grupo de saqueadores al coleccionista mexicano Josué Sáenz, que se desplazó hasta un punto indeterminado del estado de Chiapas para hacerse con el manuscrito.
"Este códice nos dice mucho acerca de los mayas en el turbio siglo XIII del que no sabíamos mucho antes", explicó Coe.
Hasta la fecha, muchos dudaban de la autenticidad del libro pero las comprobaciones realizadas mediante la prueba de carbono 14 permitieron certificar que el papel empleado en el manuscrito data del siglo XIII.
Coe, por su parte, defiende que la autenticidad del manuscrito está probada y lo ha definido como "un tesoro" del que "todos los mexicanos deberían estar orgullosos".