En el estudio de 50 páginas, publicado en la reciente revista Maya Archeology, los autores analizan los problemas y las críticas formuladas por otros arqueólogos durante los últimos 45 años y describen cómo el Códice Grolier difiere de los otros tres manuscritos antiguos mayas. Sin embargo, coincide con estos en muchos de sus rangos.
Las 10 hojas pintadas y decoradas con iconografía que muestran el ritual del calendario maya, están hechas de un papel amatl del siglo XIII. Tanto las líneas como el pigmento azul son totalmente convincentes, afirmaron los especialistas.
"Es una confirmación de que el manuscrito, en contra de algunas afirmaciones, es muy real", afirmó el codirector del Programa de Culturas Antiguas en Brown, Stephen Houston.
Hasta ahora el manuscrito permanecía guardado en un sótano del Museo Nacional en Ciudad de México, luego de haber sido recuperado por las autoridades de manos de un rico coleccionista que trataba de sacarlo del país.
Otros códigos mayas como el de Madrid, Dresde y París —por los nombres de las ciudades en las que se conservan en la actualidad— muestran elementos que siguen el paso del tiempo a través de los cuerpos celestes. Se estima que los manuscritos hayan sido usados por los sacerdotes en prácticas rituales y de predicción, como para determinar el momento de hacer la guerra.