La razón de la caída de la civilización maya es uno de los enigmas que más ha intrigado a historiadores y científicos durante décadas. Esta antigua sociedad centroamericana alcanzó su máximo nivel de prosperidad entre los años 300 y 660 a.C. pero sufrió un colapso dramático en los siglos VIII y IX de nuestra era.
No obstante, los científicos plantean la hipótesis de que la desaparición de ciudades mayas pueda deberse al sistema de embalses y canales que tenían. Estos sistemas eran efectivos frente a cortas sequías, pero no funcionaban cuando se producían largos períodos sin lluvias.
Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Viena recurrió a cálculos matemáticos para analizar los factores sociológicos e hidrológicos del final de los mayas. Así pudieron calcular las relaciones entre la tasa de natalidad, la disponibilidad de alimentos y la escasez de agua y lograron llegar a una serie de curiosas conclusiones.
"Es bien sabido que los mayas construían reservorios de agua cuando se preparaban para períodos de sequía. Con el modelo que hemos creado ahora podemos analizar qué efectos tenía la ingeniería de agua de los mayas sobre su sociedad", ha comentado Lina Kuil, una de las investigadoras.
Además, Kuil ha destacado que los científicos trabajaron sobre distintos escenarios —con reservorios y sin ellos— para poder comparar las situaciones que podrían haber enfrentado los mayas si su desarrollo hubiera tomado otro rumbo.
Sin embargo, a pesar de la explicación proporcionada por los expertos austriacos, esta es solo una suposición y no un hecho histórico. A pesar de todo, sus implicaciones son importantes porque ponen el acento en la fragilidad de una sociedad dependiente de la ingeniería. Por lo tanto, la desaparición de los mayas también es una valiosa lección para la humanidad de cara al futuro.
"Una sociedad puede acabar siendo muy vulnerable frente a los desastres a pesar de disponer de varias soluciones técnicas avanzadas", ha concluido Kuil.