En la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia estarán de un lado el Gobierno de Barack Obama y del otro 16 de los medios de comunicación más influyentes de EEUU y Deyab, cuya "única participación en esta apelación ha sido mi presentación de una carta el 15 de agosto afirmando que sigue apoyando la publicación de los vídeos", dijo a Sputnik Nóvosti su abogado, Jon B. Eisenberg.
Cuando estuvo en Guantánamo, Deyab se decantó a menudo por la huelga de hambre, al igual que otros cientos de detenidos, por lo cual sus captores lo sometieron a una alimentación forzosa por sonda nasogástrica que empeoró sus problemas de salud.
El ciudadano sirio denunció esta práctica en tribunales estadounidenses como equivalente a tortura.
"Durante la preparación de ese proceso a fines de 2014, descubrí que el Gobierno estadounidense había realizado filmaciones secretas de Deyab cuando era sacado a la fuerza de su celda y alimentado contra su voluntad", relató Eisenberg.
Esos vídeos fueron clasificados como secretos y el Gobierno se negó a que Eisenberg y los demás abogados de Deyab los vieran.
Los defensores de Deyab vieron esas filmaciones en una instalación asegurada contra filtraciones y luego las presentaron como prueba bajo secreto ante la jueza.
A partir de entonces, 16 grandes medios informativos de EEUU pidieron a la jueza Kessler que ordenara la publicación de los vídeos.
"La jueza ordenó al Gobierno que los "editara" (censurando partes de las imágenes y del audio que pudieran ser delicadas por razones de seguridad) y luego dispuso que se hicieran públicos", relató Eisenberg.
A partir de entonces, el Gobierno ha presentado varios recursos.
Uno de los argumentos que emplean los abogados de la administración de Obama es que "el mundo árabe se alzaría con furia si esos vídeos se hacen públicos", explicó Eisenberg.
La presentación que hizo Eisenberg en agosto de la carta de Deyab, reiterando su voluntad de que esas imágenes sean conocidas por el público estadounidense, disipa dudas surgidas en julio del año pasado, cuando el hombre dijo a esta agencia que se reservaba el derecho de decidir si permitía o no su publicación.
"Yo tengo la última palabra sobre la publicación de los vídeos de mi alimentación forzosa y aún no he resuelto si aceptaré", dijo entonces Deyab.
El sirio fue reasentado en Uruguay en diciembre de 2014 junto con otros cinco liberados de la prisión militar estadounidense.