Enrique Peña Nieto ocupa un cargo público. No había, pues, razón alguna para una reunión privada en la que se tratarían asuntos de interés social, menos aún con quien no maquilla su desprecio hacia el pobre vecino del sur. A través de Peña Nieto, Trump "nos vio la cara" a los millones de mexicanos ultrajados por unas ofensas de las que jamás se desdijo.
"Creo en el diálogo para promover los intereses de México en el mundo y, principalmente, para proteger a los mexicanos donde quiera que estén", dijo Enrique Peña Nieto en una justificación tan torpe como su invitación "a los candidatos a la Presidencia a Estados Unidos para conversar sobre la relación bilateral".
"Podemos o no estar de acuerdo, pero su presencia muestra una coincidencia: que nuestros países son muy importantes el uno para el otro", afirmó en la conferencia de prensa posterior al encuentro un Peña Nieto que parece haber olvidado que el 16 de junio de 2015, en el discurso del lanzamiento de su candidatura para las primarias del Partido Republicano, Trump declaró sin sutilezas de político que "México no es nuestro amigo. Nos está ahogando económicamente".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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