Sin embargo, la necesidad energética en Argentina y en otros países de América Latina ha crecido en los últimos años y Buenos Aires ha buscado la manera de suplir esas necesidades. Así, en 2006, el Gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner anunció el aumento de la producción de energía nuclear entre un 15 y un 18% del total del país.
En 2015, los Gobiernos de Rusia y Argentina firmaron un memorándum de ayuda mutua en materia de energía atómica para la construcción de una Central Eléctrica en Argentina de diseño ruso con una capacidad de 1.200 megavatios.
Este año, las autoridades argentinas han afirmado su interés por continuar con los proyectos conjuntos con Rusia.
"En Argentina tenemos un importante desarrollo en este sector [de la tecnología nuclear] y Rusia también lo tiene, de modo que hay oportunidades para la complementación", declaraba la Canciller argentina, Susana Malcorra, en abril de este año.
Por otra parte, Argentina está trabajando en la construcción de la estación nuclear de pequeño poder CAREM 25, que empezó en 2014 y que debería estar terminada para 2017. Un 70% de los materiales de la estación, valorada en 450 millones de dólares, son producidos en Argentina. En el ámbito de las centrales nucleares de pequeño poder, Argentina se convierte así en un pionero.
Por ahora, Argentina continúa siendo la primera potencia en el continente latinoamericano en producción de gas y el cuarto país en producción de petróleo en esta región. Sin embargo, Buenos Aires quiere convertirse en un jugador fuerte y autónomo en la esfera de las tecnologías nucleares, más aun teniendo en cuenta que la producción de gas ha disminuido en los últimos años y que la situación mundial petrolera no es la mejor.
La pregunta es qué tanto tiempo necesita Buenos Aires para alcanzar la producción de los planeados 18% de energía atómica en el país, concluye la autora.