El planeta Próxima B, hallado recientemente, está a unos 4,22 años luz de la Tierra, una distancia pequeña… en comparación con el tamaño de nuestra galaxia. No obstante, para alcanzar el sistema donde está ubicado, tomaría decenas de miles de años con la tecnología actual. Aun con la invención de los propulsores nucleares tomaría centenares o, al menos, decenas de años.
Titano es el satélite más grande de Saturno y está lleno de lagos y ríos… aunque sean de metano. Tampoco se puede respirar ahí y solo se puede sobrevivir a la temperatura de 179 grados bajo cero utilizando escafandras especiales. Otros pequeños problemas podrían dificultar la vida humana, pero, por el momento, la esperanza se mantiene.
Encélado, el sexto satélite más grande de Saturno, no solo está cubierto de hielo sino que ocasionalmente hace erupción de partículas de hielo al espacio. La estación Cassini analizó estas partículas y encontró agua líquida, nitrógeno y carbono. Estos elementos son los pilares de la vida humana. Solo queda descubrir que está bajo el hielo de Encélado.
Mimas, un satélite de Saturno, se parece a la famosa Estrella de la Muerte de 'Guerra de las Galaxias' (Star Wars). Este planetoide posee un océano bajo su capa de hielo. Para confirmar su existencia hay que volar hacia allá e investigar.
Ganímedes es el satélite más grande no solo de Júpiter sino de todo el sistema solar. Es la única luna que posee su propio campo magnético y una atmósfera delgada que contiene oxígeno. En 2022, la Agencia Espacial Europea planea enviar una misión para investigar este cuerpo celeste y otros satélites.
Europa, la luna de Júpiter, es uno de los candidatos principales para albergar vida extraterrestre. Está cubierta de una corteza densa de hielo bajo la cual puede existir un vasto océano. Dentro de Europa hay un núcleo de piedra que es muy importante para el desarrollo de la vida. La NASA prevé realizar la investigación de este planetoide en 2025 para enterarse de cuáles de estas teorías son verdaderas.
Por lo pronto, es imposible verificar la existencia de agua o de vida sin aterrizar en un cuerpo celeste.
Aunque muchos de los mencionados satélites tienen condiciones inapropiadas, a largo plazo se podría hacer un proceso de terraformación, un proceso teórico de ingeniería que modificaría el medio ambiente del planeta para hacerlo habitable para el ser humano.