Según los investigadores, el nuevo planeta podría ser potencialmente habitable tanto por su similitud con la Tierra como por estar situado en una zona habitable respecto a su estrella —es decir, a una distancia óptima para que exista agua en estado líquido—. Otro de los rasgos de su 'habitabilidad' es que se encuentra lo suficientemente cerca de la Tierra como para que pueda plantearse el envío de una nave espacial.
"En términos estadísticos, la probabilidad de error actualmente es muy baja. Por supuesto, teniendo en cuenta el caso del 'descubrimiento' del planeta llamado Alfa Centauri B, hemos hecho todo lo posible para evitar seguir pistas falsas", ha afirmado Guillem Anglada-Escudé, profesor de astrofísica de la Universidad Queen Mary de Londres.
Por esta razón, Anglada-Escudé y su equipo realizaron una investigación escrupulosa sin hacer declaraciones prematuras. Además, el nuevo planeta es aún más difícil de observar y estudiar debido a sus dimensiones relativamente pequeñas y a la posibilidad de que se generen 'fantasmas' de otros cuerpos celestes.
Próxima Centauri B es muy similar a la Tierra en tamaño y propiedades. En particular, es un cuerpo rocoso de una masa similar a nuestro planeta que también se encuentra en la llamada 'zona habitable'. La temperatura promedia del planeta es de 39 grados centígrados bajo cero mientras que su masa mínima equivale a 1,3 masas terrestres. Recibe el 65% de los rayos solares de los que disfruta la Tierra.
No obstante, debido a la escasa información de la que dispone la comunidad científica sobre el nuevo planeta, los investigadores no pueden dar una respuesta definitiva sobre si Próxima Centauri B es un planeta parecido a la Tierra o, por el contrario, un lugar hostil para ser colonizado.
En cualquier caso, para tener las respuestas a todos estos interrogantes habrá que esperar a la elaboración de telescopios más potentes o al envío de una sonda al nuevo planeta.