"Los cariocas han visto el nombre de su ciudad manchado por esa versión fantasiosa; sería noble y digno pedir disculpas, por ahora no lo han hecho", ha dicho.
El policía ha hecho estas declaraciones después de tomar declaración a Bentz y a Conger, ya que Lochte, campeón olímpico en estos Juegos, abandonó Río de Janeiro antes de que se hiciera la orden judicial que les impedía salir de Brasil hasta que se aclaren los hechos.
El cuarto nadador, James Feigen, estaba ilocalizable en un principio, pero su entorno ya ha asegurado que colaborará con la investigación.
Los responsables de la gasolinera les pidieron dinero para reparar los daños, pero tras negarse en un principio los nadadores apenas ofrecieron 20 dólares y 100 reales (60 dólares).
Al ver que la tensión iba en aumento dos personas que estaban en la gasolinera llamaron a la policía, pero ante la tardanza de los agentes acabaron apuntándoles con un arma, únicamente con la intención de retenerles en el local.
La policía ha precisado que se trataba de agentes que estaban fuera de servicio y que las armas que portaban eran reglamentarias.
La hipótesis en la que trabaja la policía es que los nadadores se inventaron la versión del robo porque en la fiesta a la que acudieron habrían mantenido relaciones con algunas chicas, y uno de ellos tiene novia en EEUU.