"Ella se puso a llorar cuando le conté, estaba sorprendida, no lo podía creer", dijo a Télam la abogada defensora de la joven, Soledad Deza.
Las autoridades hospitalarias atribuyeron a Belén la maternidad de ese feto, después de que ese 21 de marzo la joven, que estaba embarazada sin saberlo, ingresara al centro por dolores abdominales.
La historia clínica de Belén indica, por el contrario, que sufrió un aborto espontáneo incompleto sin complicaciones de un feto que tenía entre 20 y 22 semanas de gestación.
"Seguiremos insistiendo con la anulación de un fallo injusto y haciendo campañas para conseguir que se revoque y si eso no sucede llevaremos el caso a instancias internacionales en noviembre", advirtió Belsky.
La interrupción voluntaria del embarazo es ilegal en Argentina, excepto cuando el embarazo es producto de una violación o cuando la salud o la vida de la madre están en peligro.