Leia a íntegra da mensagem ao Senado Federal e ao povo brasileiro: https://t.co/gtG1gt4qg7
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 16 de agosto de 2016
En la carta titulada "Mensaje al Senado y al pueblo brasileño" la presidenta pide una vez más a los senadores que no cometan la "injusticia" de condenar a una "inocente", ya que reconoce que cometió errores en su gestión, pero nunca delitos.
Peço aos senadores q não se faça a injustiça de me condenar por crime q ñ cometi. Ñ existe injustiça + devastadora do q condenar um inocente
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 16 de agosto de 2016
También promete que su vuelta al poder podría traer "el surgimiento de una nueva y prometedora realidad política", y podría viabilizar la anticipación de las elecciones de 2018 así como la profunda reforma política y electoral que en su opinión necesita Brasil.
Rousseff asegura que hay un "agotamiento" del sistema político, ya sea por el número excesivo de partidos o por las prácticas políticas cuestionables, lo que lleva a muchos ciudadanos a exigir una "profunda transformación" de las reglas vigentes.
"Estoy convencida de esa necesidad y daré apoyo total a la realización anticipada de elecciones, así como a la reforma política y electoral", dice en el trecho de la carta que mejor define la promesa a los senadores que decidirán sobre su futuro.
Una vez más, la presidenta apartada ha insistido en la idea de que sacar adelante un juicio político cuando no hay crimen de responsabilidad es un "golpe".
También recuerda que en su juventud luchó contra la cárcel y la tortura, por lo que pide a los senadores no tener que luchar ahora "contra la más infame de las injusticias".
La líder del PT también reconoce errores y confiesa que en los meses en que ha estado apartada ha escuchado "críticas duras" a su Gobierno.
Aunque asume parte de responsabilidad también culpa al poder legislativo de haber bloqueado la aprobación de medidas económicas que hubieran permitido la recuperación económica del país.
Rousseff ha leído la carta en su residencia oficial, en el Palacio de la Alvorada, rodeada de cinco ex ministros, y no ha permitido preguntas de los periodistas.
La idea de ofrecer un plebiscito popular parte de la iniciativa personal de la presidenta y ha sido criticada por algunos aliados y sectores de su propio partido: el presidente del PT, Rui Falcão, dijo que la oferta de un plebiscito era "inviable".
El último en sumarse a las críticas ha sido el presidente del Senado, Renan Calheiros, que este mismo martes ha explicado que la opción de adelantar las elecciones de 2018 "no es buena" porque es contraria a la Constitución.
La propuesta de consultar a los brasileños para ir a las urnas sería, según muchos analistas, el último intento de Rousseff para convencer a los senadores de que debe ser ella quien se mantenga en el poder, y no Michel Temer.
Su futuro político se decidirá a partir del próximo 25 de agosto, cuando el Senado empezará a votar el juicio final del "impeachment".
Si Rousseff es condenada Temer asumirá la presidencia con todas las garantías y ella quedará inhabilitada durante ocho años para ocupar cargos públicos.