"No queremos politizar este proceso. Nuestros colegas de Polonia dicen abiertamente que se oponen a cualquier aumento de la dependencia con respecto a Rusia, pero es una dependencia recíproca", dijo Lavrov al intervenir en la Universidad Federal de los Urales (UrFU), en Ekaterimburgo.
También el colega alemán de Lavrov, Frank-Walter Steinmeier, expresó su rechazo a la politización del proyecto.
"Gazprom y las empresas europeas deben resolver por su cuenta el asunto de los permisos para Nord Stream 2, no debe haber injerencia política", dijo.
En contra de este plan vota enérgicamente Ucrania, país que se empeña en preservar su condición de vía principal de tránsito del gas ruso a Europa.
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Además, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia enviaron a finales de 2015 una carta a Bruselas, señalando que, de realizarse este proyecto, aumentaría la dependencia de Europa del gas ruso y debilitaría la seguridad energética de la UE, además de desestabilizar aún más la situación en Ucrania.