Sofía, la capital de Bulgaria, también queda a la espera de una decisión sobre la construcción de la central nuclear de Belene.
Pero esta vez, Moscú tiene el derecho de preguntarle a la parte búlgara: ¿hasta qué punto está dispuesta a proteger sus intereses económicos frente a la máquina burocrática de Bruselas?
"Esta pregunta se debe al hecho de que la Unión Europea no solo promovió las ideas de libre comercio, sino, en gran medida, privó de soberanía política y económica a sus miembros", declaró Guinkó.
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Aclaró que hoy Bulgaria tiene una oportunidad de realizar su propia política: el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, escribió al primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, que su país tiene derecho de perseguir su estrategia energética, según el economista.
"Si Bruselas entiende la lógica del desarrollo económico, debe votar a favor de reanudar South Stream", sostuvo.
No obstante, no se sabe bien si Washington, que da la espalda a los políticos europeos que aspiran a desarrollar las relaciones económicas con Rusia, está interesado en una Europa estable, advirtió Guinkó.
"Buscando romper el sistema energético de la UE, la Casa Blanca llevará a la UE al colapso. Veremos si es exactamente lo que quiere Washington", se pregunta el analista.