"El 5 de agosto de 2016 por iniciativa de la parte búlgara tuvo lugar una conversación telefónica del presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el primer ministro búlgaro, Boiko Borísov, se discutieron temas de cooperación bilateral con un enfoque en la realización de los proyectos energéticos conjuntos", dice el comunicado.
Se destaca que durante la conversación se acordó intensificar la cooperación en el marco de la comisión intergubernamental ruso-búlgara para la cooperación económica y científico-técnica.
Uno de los proyectos energéticos rusos que abordan Bulgaria es el gasoducto South Stream.
Debido a la posición no constructiva de la Unión Europea (UE), Rusia anunció en diciembre de 2014 que se negaba a construir el gasoducto South Stream (que debía pasar por Bulgaria, Serbia y Hungría) y que tendería otro, Turk Stream, proyecto que también se congeló debido a la crisis en las relaciones entre Moscú y Ankara, provocada a finales de 2015 por el derribo de un avión militar ruso por la Fuerza Aérea turca en territorio sirio.
La UE se opuso a la construcción del South Stream porque el denominado Tercer Paquete Energético prohíbe que una compañía extractora también se encargue del transporte de gas.