"Por primera vez en 25 años la Marina [de EEUU] se enfrenta al regreso de la competencia de grandes poderes en el mar", fueron las palabras de contralmirante norteamericano Michael C. Manazir en un encuentro sobre seguridad ante la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de representantes de EEUU, según recoge la nota.
En el marco del Plan de Respuesta de Flota Optimizada, Manazir espera que se mejore la preparación de la flota norteamericana con miras a la posible amenaza por parte de otros países. Como ejemplo, el contralmirante habló del portaviones USS Harry S. Truman, que regresó a base con éxito después de ocho meses de trabajo en Oriente Próximo, después de lanzar 1.598 bombas y realizar más de 20.788 vuelos, cifras récord para una operación de este tipo.
Sin los recursos suficientes, explicó el militar, las estaciones y centros de preparación y entrenamiento tendrán que dejar de contratar personal e implementar restricciones en el mantenimiento humano, lo que resultaría en un drenaje de fuerza humana y de expertos.
"El total de trabajadores en nuestras estaciones públicas y privadas no es suficiente para los proyectos que emergen actualmente", explicó Manazir. La razón, además de una financiación inadecuada, es un ambiente de amenaza global que exige un gran nivel de presencia naval.
La Marina de EEUU decidió, explica el autor del artículo, enfrentar esas amenazas a nivel mundial preservando una flota pequeña y trabajando con horarios de despliegue estrictos. Sin embargo, la actividad de Rusia en el Ártico o las "agresiones" de China en el mar de la China Meridional, exigen "una Marina estadounidense más grande, con posiciones en todo el globo, para proteger a EEUU y sus intereses".
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El Congreso debería ser responsable e invertir más significativamente en el crecimiento y el mantenimiento de la flota norteamericana, concluye el autor.