"Nuestro poder de movilización es principalmente a través de internet y lo que se busca es que miles de esfuerzos individuales puedan combinarse en una fuerza más grande", contó a Sputnik Nóvosti desde Nueva York, Oscar Soria, portavoz de Avaaz.
"Detrás de la teoría de Change.org está que los grandes problemas sociales no se atacan desde grandes organizaciones expertas en el tema, si no que cada persona puede contribuir a soluciones desde su lugar generando pequeños o grandes cambios", contó a Sputnik Nóvosti Victoria Emanuelli, directora asociada de campañas para Change latino en referencia al origen de este proyecto.
Activismo holgazán o "Clicktivismo"
El activismo de sillón o slacktivismo no demanda que la persona abandone su rutina para sentir que colabora con alguna causa.
"Es un modelo de participación en el que se respetan los niveles de compromiso de la gente, hay personas que tienen solo dos minutos y lo aprovechamos lo mejor posible, y hay otra gente que tiene tiempo de organizar una actividad. No descartamos el activismo de sillón", asegura Soria.
Avaaz no se considera un movimiento online, utiliza la web como una herramienta más, debido a que también realizan campañas offline en paralelo. Esta plataforma realiza trabajo de campo para fomentar el diálogo entre los distintos actores de una petición, juntan dinero por medio de crowdfunding para financiar distintas acciones, así como campañas telefónicas, realizan apoyo legal a comunidades.
Crisis institucional de Brasil o temas de género
"Creo que la gente siente que los sistemas democráticos actuales todavía no han garantizado un nivel de participación indirecta genuina. La gente está buscando tener una voz, y que esa voz sea escuchada en tiempo real. La tecnología lo que hace es acelerar esa democracia informal a través de las plataformas digitales", opinó Soria.
Sin embargo, luego de que comenzara el juicio político, Avaaz generó una petición para apartar a Eduardo Cunha, el arquitecto del impeachment, de su cargo, debido a que estaba siendo muy cuestionado en Brasil.
"Entendimos que Cunha no tenía la autoridad moral de estar donde estaba y logramos 1 millón 300 mil firmas de brasileños que querían que Cunha brindara explicaciones tal como lo estaba haciendo Dilma", afirmó Soria.
Lo que se logró, en este caso, fue que dos diputados del Comité de ética comenzaran un proceso de investigación a Cunha, al ver que había cierta presión de los ciudadanos.
Otra campaña de Change.org que tomó fuerza en este país fue "30 contra todas". Una petición realizada al presidente de Twitter Brasil para que entregue los nombres de las personas que compartieron el video en el que 30 hombres abusaban de una chica, debido a que según la creadora de la petición los que compartieron ese video son tan culpables como los que hicieron ese abuso.
Un movimiento nacido en EEUU
Al comienzo se trataba de un blog en el que Ben Rattray escribía sobre la discriminación que sufría su hermano por haber hecho pública su homosexualidad. Pero a medida que el blog sumaba lectores se dio cuenta de que su proyecto no tenía que ser sobre gente opinando sobre temas, si no de ciudadanos actuando.
También en 2007, Ricken Patel, un activista canadiense que se planteó la necesidad de "cerrar la brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que queremos", fundó Avaaz.
Cinco años después el portal tiene más de 40 millones de miembros en 194 países, con personal en 80 países, en Europa, América Latina y África, y con una web traducida a 14 idiomas.