"La inclusión de ese nuevo derecho en nuestra Constitución Federal contribuirá decisivamente a la superación de las desigualdades brasileñas y dará un amplio horizonte de oportunidades a nuestros ciudadanos, hoy inexorablemente excluidos de un futuro mejor", ha explicado el senador en declaraciones a la Agencia Brasil.
Las intenciones de convertir Internet en un derecho constitucional chocan con la realidad de un país que todavía se encuentra en el puesto 65 de entre 165 países en relación al acceso a nuevas tecnologías de la información, según un informe reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Además, la mayoría de la población aún no dispone de Internet, ya que tienen acceso a la red el 49,4% de los brasileños, lo equivalente a 85,6 millones de personas, según un informe del pasado mes de abril del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Para que la propuesta salga adelante y se modifique la Constitución tiene que pasar por dos turnos de votación en los plenarios del Senado y de la Cámara de los Diputados.