La explicación fue que su obra, encargada al profesor por el propio instituto, era "demasiado prorrusa y antiamericana".
"Lo sucedido es una historia bastante grotesca, porque el ISPI fue quien acudió a mí y me pidió que escribiera un artículo para su revista dedicado a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia durante la presidencia de Obama. Incluso entonces me sorprendió, ya que la posición de esta institución es bastante proamericana, pero pensé que querían conseguir una voz 'fuera del coro'. Pero estaba equivocado, lo que necesitan son 'coristas'", explica di Rienzo.
En los círculos académicos en Italia, por desgracia, existe una tradición de servilismo intelectual que explica tal decisión, según el profesor. Di Rienzo lamenta que esos grupos tiendan a inclinarse más hacia la posición del más fuerte y a seguir su línea.
"Si Washington y Moscú entraran en un proceso de acercamiento, estas mismas personas que censuraron mi artículo, empezarían a cantar himnos a Rusia, Putin y Lavrov. Y yo tengo un 'defecto', que es que pienso con mi propia cabeza y no obedezco a nadie".
Esto no quiere decir que no se pueda ir en contra de la línea general en la política interna del país, aclara di Rienzo, pero la censura se deja sentir cada vez con más fuerza en lo que respecta a cuestiones internacionales.
Su texto, en esencia, contenía dos puntos principales. En primer lugar, consideró un error la expansión de la OTAN hacia las fronteras con Rusia, algo que ha entrado en serio conflicto con los intereses estratégicos de Moscú.
El analista no se considera a sí mismo como antiamericano, sino una voz semejante a, por ejemplo, Henry Kissinger, quien criticó duramente a Obama por su posición respecto a Ucrania.
"Tales argumentos les molestan. Como historiador, intento analizar los acontecimientos desde un punto de vista científico, aunque como persona, puedo tener mis propias simpatías. Creo que la política del mundo occidental hacia Rusia no ha conducido a nada bueno ni para Rusia, ni sobre todo para el propio Occidente", concluyó el profesor Eugenio di Rienzo.