"Observamos atentamente la situación en Turquía; la parte turca nos ha asegurado que garantizará la seguridad de los ciudadanos rusos que hoy día están en ese país", dijo Meshkov.
Asimismo, señaló que tras la intentona golpista Rusia y Turquía llevaron a cabo una serie de conversaciones telefónicas.
Meshkov explicó que se llegó "al completo entendimiento con la parte turca que emprendió los pasos correspondientes que permitieron reanudar la repatriación de nuestros ciudadanos".
Después de sofocar el motín, las autoridades empezaron una amplia campaña de purgas en las FFAA para identificar a los partidarios del exiliado clérigo islamista Fethullah Gulen, a quien Ankara indica como responsable de la intentona y cuya extradición exige a EEUU.
Según el ministro turco de Justicia, unas 6.000 personas fueron detenidas tras la intentona fallida.
Altos cargos de la UE ya expresaron fuerte preocupación por esta oleada de represalias.