"Según estimamos, para inicio de 2015 en las filas de Daesh (grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) y otras formaciones terroristas había cerca de 4.500 ciudadanos de Rusia y otros países de la CEI; no es difícil pronosticar a dónde hubieran ido de caer Siria como Estado soberano", aseveró.
Durante su intervención en la conferencia científico-militar 'Resultados político-militares del uso de las Fuerzas Armadas en Siria y principales conclusiones estratégicas', el ministro recordó que por primer vez en la historia contemporánea las Fuerzas Armadas rusas participaron en un teatro de acciones bélicas distante.
También agregó que crisis como la siria pueden ser provocadas en otros países, en particular, los vecinos de Rusia.
"El análisis de la situación en el mundo muestra que a corto plazo persiste el riesgo de conflictos militares", dijo en una conferencia sobre los resultados del uso de las FFAA rusas en Siria.
Estas situaciones pueden provocarse en cualquier país, incluidos, los Estados postsoviéticos de Asia Central y del Cáucaso.
"En estas condiciones, Rusia tendrá que responder adecuadamente a las amenazas potenciales", concluyó.
La operación duró cinco meses y medio y, según Defensa, contribuyó a obstaculizar el suministro de armas y munición a los terroristas, cortar los principales canales del tráfico de petróleo y eliminar a miles de terroristas.
El 15 de marzo de 2016, Moscú comenzó la retirada parcial de su grupo militar de Siria, al dar por cumplida su misión.
Actualmente Rusia mantiene su presencia militar en el puerto sirio de Tartus y en la base aérea de Hmeymim.