El documento señala que "para el 4 de julio de 2016, el Estado Islámico controlaba aproximadamente unos 68.300 kilómetros cuadrados en Irak y Siria, que es más o menos el equivalente de Irlanda".
"Mientras que califato del Estado Islámico se redujo y queda cada vez más claro que su proyecto de dominio está fracasando, el grupo da prioridad a la insurgencia", comentó Columb Strack, el analista principal de IHS.
El experto subrayó que "desgraciadamente, esperamos un incremento de los ataques, que provocará una gran cantidad de pérdidas humanas, así como atentados contra la infraestructura económica en Irak, Siria y en otros parajes, en particular, en Europa".
Ahora los militares iraquíes intentan recuperar la ciudad de Mosul, bastión principal de Daesh en ese país.
En Siria los yihadistas también perdieron amplios territorios, tanto a raíz de las operaciones del Ejército sirio, apoyado por la Fuerza Aeroespacial de Rusia, como a causa de las acciones de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) apoyadas por EEUU.
Entre las mayores derrotas de Daesh en Siria figuran la liberación de las ciudades de Palmira, realizada por el Ejército sirio apoyado por loas aviones rusos, y de la ciudad de Shaddad, en la provincia siria de Hasaka, liberada por las SDF.