En medio de la operación de las Fuerzas del Nuevo Ejército Sirio —NSA, por sus siglas en inglés— por liberar del yugo de Daesh a la localidad siria de Abu Kamal, en el este del país, los aviones estadounidenses recibieron la orden de abandonar el área.
Al retirarse, los opositores tuvieron varias bajas y también dejaron atrás equipo bélico —en particular, ametralladoras pesadas de calibre 50 de fabricación estadounidense—, que cayó en manos de Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países—.
Los altos cargos de la coalición antiterrorista liderada por EEUU justificaron luego la decisión de abortar el apoyo aéreo por la necesidad de atacar "un blanco estratégico" en Irak. Se trata de una caravana de Daesh que intentaba escapar de la ciudad iraquí de Faluya, recién liberada por el Ejército de Irak.
"Es difícil establecer y mantener las relaciones con los grupos armados opositores si aseguramos una cosa y hacemos la contraria", comentó David Maxwell, un exagente de las Unidades Especiales, entrevistado por el Washington Post para comentar la controvertida decisión de EEUU.