"El objetivo de la investigación ha sido revelar si era necesario invadir Irak en 2003", comentó sir John Chilcot al inicio de su discurso.
"Estaban lejos de ser satisfactorias las circunstancias en las que se decidió que había una base legal para las acciones armadas", sostuvo Chilcot.
Además subrayó que la evaluación sobre la amenaza de las armas de destrucción masiva de Irak fue presentada con una certeza que no estaba justificada.
"Ahora está claro que las acciones en Irak se sustentaron en una inteligencia distorsionada que no ha sido puesta en cuestión, pero debería serlo", expresó.
"La acción militar en Irak pudo haber sido necesaria en algún momento, pero en marzo de 2003 no había ninguna amenaza inminente por parte de Sadam Husein", reveló el informe.
También se le advirtió de que "la invasión provocaría la llegada de armas a manos de los terroristas", afirmó Chilcot.
Además, "los planes británicos para el período de la posinvasión en Irak han sido completamente inadecuados", añadió.
"Las consecuencias de la invasión fueron menospreciadas", arguyó Chilcot, mientras "la base legal para la acción militar del Reino Unido ha estado lejos de ser satisfactoria", según el titular.
Como consecuencia de la acción militar, "el pueblo de Irak sufrió enormemente y millones de ciudadanos resultaron desplazados", mientras los fallos en la planificación por parte del Reino Unido "siguen afectando la vida de los británicos hasta el día de hoy".
Hay que recordar que un grupo de diputados británicos —del Partido Laborista y el Partido Nacional Escocés— presidido por Alex Salmond pretende iniciar el proceso de 'impeachment' contra Tony Blair, el ex primer ministro del Reino Unido, según informó The Guardian.
De acuerdo con el informe Chilcot, durante el conflicto han muerto 179 soldados británicos y más de 150.000 civiles iraquíes.