El periódico japonés comparó el comportamiento de la URSS en las islas Kuriles a finales de la Segunda Guerra Mundial con el de "un ladrón durante un incendio".
Además, el diario nipón dio la palabra a Hiroshi Kimura, exprofesor de la Universidad de Hokkaido, que exigió que Rusia no solo entregue las islas a Japón sino que además pague por los 70 años de posesión de los territorios.
"La demanda japonesa es absurda ya que el vencido no puede demandar ninguna reparación al vencedor", afirmó Anatoli Koshkin, historiador ruso y experto del Centro de Estudios Estratégicos moscovita.
Pero no es la única explicación que invalida la postura de Japón, señala Koshkin.
La razón de ello fue que en 1875, Moscú entregó las islas a Tokio a cambio de que los japoneses renunciaran a cualquier pretensión futura sobre Sajalín.
Durante las negociaciones de paz de 1905, Rusia subrayó que la demanda nipona de poseer una parte de Sajalín contradecía los acuerdos firmados con anterioridad en 1875.
La parte japonesa respondió a las palabras de los negociadores rusos con una frase altiva que merece una mención, según el historiador:
"La guerra cancela todos los acuerdos. Ustedes perdieron la guerra y tenemos que basarnos en la situación actual", afirmó el canciller nipón.
Además, al acordar las condiciones de paz en Portsmouth, Japón insistió en incluir una enmienda que anulaba todos los tratados bilaterales anteriores —el Tratado de Shimoda de 1855, el Tratado de San Petersburgo de 1875 y el Tratado Comercial de 1895—. Fue la segunda vez en la que Tokio se privó a sí misma del derecho jurídico de reclamar las islas Kuriles, destacó Koshkin.
En los últimos compases de la Segunda Guerra Mundial, la URSS restableció su dominio sobre las islas. La entrada del Ejército Rojo en la guerra contra Japón fue acordada con los demás países Aliados a cambio de que la URSS retomara el control de las islas Kuriles.
"La Unión Soviética podría haber citado al mismo ministro japonés respecto a que 'la guerra cancela todos los acuerdos previos'", ironizó el experto.
Al final de la guerra, Tokio perdió el derecho sobre las Kuriles por tercera vez, destacó Koshkin. La conferencia de Potsdam especificó que la soberanía de Japón "se limitaría a las islas Honshu, Hokkaido, Kyushu, Shikoku y otras menores", y el país nipón aceptó aquellas condiciones.
"A pesar de todo, el profesor Kimura insiste en que las declaraciones del canciller ruso, Serguéi Lavrov, —de que las Kuriles del Sur se convirtieron en territorio soviético a raíz de la Segunda Guerra Mundial y que Japón debe aceptarlo— son 'inadmisibles'", expuso Koshkin.
Si el Gobierno nipón sigue aplicando una lógica semejante a la de Kimura y Sankei Shimbun, el tratado de paz entre Rusia y Japón todavía tardará mucho en llegar, concluyó el experto.