El Gobierno ruso aprobó un programa de desarrollo de las islas Kuriles, que incluye la construcción de empresas y la creación de infraestructura, incluida la de transporte,
"Quiero subrayar que nos alegraría si compañías japonesas creyeran posible participar en estos proyectos", dijo.
Además prometió castigar a los burócratas que ponen trabas al desarrollo de la cooperación ruso-japonesa.
En particular, la corporación nipona Lida Grupo, que aceptó realizar varios proyectos en el Lejano Oriente ruso, chocó con dificultades en la construcción de una empresa de transformación de madera, debido a una exigencia poco fundamentada del Servicio Federal Antimonopolio.